Este verano la fotografía me ha regalado un fin de semana increíble. Acompañado de dos grandes amigos y fotógrafos, hemos disfrutado de un reto fotográfico inolvidable. EL Torcal de Antequera (Malaga), es un entorno inconfundible. Un paraje de cuento y en donde te sumerges casi sin querer en otro planeta. Tenemos que viajar al Jurásico para entender estas erosiones sobre estas enormes rocas calizas. El lugar despierta todos los sentidos y eso en fotografía nocturna se traduce en diversión.
Me acompañaron en este gran viaje Mariano Pérez, natural de Guadix y gran amigo gracias a la pintura de luz. Alumno aventajado en todos los cursos que realiza, Mariano es una persona que busca la naturaleza y siempre la encuentra. En la fotografía nocturna ha encontrado una excusa perfecta para disfrutar de otra de sus pasiones, la libertad que te brinda la noche. Un gran amigo que respeto y quiero mucho. Un abrazo Mariano.
Gregorio Villarrubia (Foto de Noche), extremeño, gaditano, andaluz y ahora madrileño, es pura energía. Si quieres hacer un viaje fotográfico en su compañía, prepárate porque Gregorio podrá contigo y toda la expedición. Es pura ilusión y eso lo transmite con su gran amabilidad y simpatía. Amigable a más no poder es todo un placer compartir con el cualquier historia compartiendo la fotografía.
He disfrutado de una experiencia increíble amigos, os mando un fuerte abrazo.
Torcal Experience es el resultado de un fin de semana pensando solo en fotografía nocturna. Nos propusimos hacer un viaje experimental, en donde planeamos un par de localizaciones interesante para trabajar la fotografía nocturna.
Para la iluminación se han utilizado como herramientas de flash y linternas LED LENSER.
Pantano del Negratín- Cuevas del Campo.(Jaen). Aprovechamos unas casas cueva que estaban en lo alto de este pantano, perfectas para hacer noche allí. Desde nuestra casa cueva decidimos visitarlo y sumergirnos en una expedición en busca de la cresta perdida.
Nos propusimos llegar a esa cresta dentro del círculo rojo, y eso hicimos. Nos fuimos adentrando en un lugar inexplorado, muy pocas personas habían recorrido esas crestas y se notaba en el lugar, no encontramos nada de basura, todo estaba en su sitio, porque así lo había querido la naturaleza. Todo ese entorno pronto nos hizo sentir muy cómodos.
La luz de la luna nos acompañaba en este viaje y sabíamos que en el pantano las cosas no iban a ser fáciles. Así ocurrió, no pudimos hacer grandes fotos, pero como siempre, cuando ocurren estas cosas, te quedas con lo verdaderamente importante. La experiencia de bajar al pantano de noche fue de las mejores experiencias que he vivido, todo fue disfrutar de la naturaleza bajo la luz de la luna con dos grandes compañeros y amigos.
Tocaba partir de vuelta a casa. Gregorio miró hacia arriba y observó las luces de nuestra Cueva muy lejos, planto la cámara y exclamó, “Volvamos a Casa”.
Esta foto tiene más de sentimental que otra cosa, para mi es todo un regalo algo tan sencillo.
Al día siguiente cambiamos de localización, lo teníamos todo planeado y así hicimos.
Visitamos el Torcal de Antequera (Malaga) y solo puedo decir que volvimos todos asombrados del paisaje que nos encontramos allí.
Hacía tiempo que no experimentaba una aventura tan emocionante, pasear por ese lugar fue algo increíble en todos los sentidos. En ocasiones parecía que estábamos en otro mundo, un planeta inexplorado.
Decidimos pasear por la ruta larga, casi 4 kilómetros en la oscuridad de la noche pero acompañados por la luna llena. Y este fue el reto de esta gran expedición.
Trabajar fotografías nocturnas con luna llena puede ser muy práctico, si lo que quieres es captar todo con la luz de la luna.
Incluso llegaría a ser algo monótono y aburrido, si de participación en una fotografía estamos hablando. Eso si, la experiencia no te la va a quitar nadie.
Nosotros no buscábamos eso, nosotros queríamos acción, y sabíamos que iba a ser una noche de lucha constante contra la luz de la luna.
No conocíamos el lugar, nunca lo habíamos visitado, y esto no fue un problema para nosotros. Rápido encontramos localizaciones en todos los rincones, y aunque el acceso a los posaderos era muy complicado, con intención invadimos todos esos lugares buscando la fotos fotos que teníamos en mente.
Cuando empezamos la ruta pronto decidimos encuadrar escenarios desde las alturas, necesitábamos mostrar el potencial del lugar de la manera más justa. La subida a esas enormes piedras, en ningún caso, fue fácil.
Empezamos calentando con alguna esfera, y ahora que observo con más detenimiento esta fotografía, es una de esas que cuando la ves no hace justicia a lo que nosotros tuvimos la oportunidad de ver allí.
Ese simple escenario era increíble y poner una esfera allí fue la peor idea que pude tener, ahora que lo pienso, me jugué el tipo por pintarla. Por eso tiene esa forma tan rara.
Hacer esferas no es nada difícil, como en todo dentro de la técnica todo es experimentar. Es más complicado cuando haces una esfera a 5 metros del suelo y posado sobre 30 cm de roca.
Ya empezamos a sacar conclusiones sobre los parámetros fotográficos, era un reto que tuvimos que superar en cada fotografía. Los tiempos de exposición con luna llena no pueden ser muy largos utilizando diafragmas abiertos (f/4-2.8) , esa fue la única ventaja que pudimos aprovechar.
Con estos diafragmas hay que andar con cuidado con la exposición. Si te pasas de tiempo, toda la escena quedará totalmente iluminada, y eso no era lo que ibamos buscando.
Nosotros queríamos un ambiente nocturno y con ese toque de luz de luna muy sutil.
En el Torcal se podía trabajar muchos tipos de técnicas fotográficas, para nosotros la más interesante fue jugar con las sombras que se dibujaban en los contras de la luna, aportar iluminaciones para crear contrastes y jugar con los volúmenes de la escena. En una localización así, no puedes pasar ese tipo de detalles por alto, el lugar necesita que se le haga justicia si hablamos de fotografía.
Esto no significa que este trabajo sea el mejor realizado allí, ni mucho menos. Pero lo que está claro es que es diferente a todo lo que allí se ha podido ver en fotografías. Y eso es lo que le da un valor añadido a esta gran experiencia en el Torcal.
El tamaño del lugar era otra cuestión que no podíamos pasar por alto. Intentamos mostrar todo eso con diferentes iluminaciones.
La primera fotografía es un ejemplo de iluminación natural producido por la luna.
La segunda fotografía muestra una iluminación con linternas LED LENSER X21, necesarias para la iluminación de localizaciones y espacios grandes y amplios. Aportando luz artificial en cada una de las formas de piedra, damos volumen a la escena y se destaca el tamaño de este rincón tan especial de Málaga.
Cada uno que se quede con su versión, pero lo que está claro es, que utilizando el método correcto de iluminación y los parámetros adecuados, podemos dar vida a un escenario del calibre del Torcal de Antequera. Esa fue la intención desde el principio, hacer lo que nunca nadie había hecho allí.
La iluminación de la segunda fotografía, bajo mi punto de vista tiene un resultado inmejorable, y todo el mérito de este gran trabajo se lo debo a Mariano y Gregorio. Ellos fueron los iluminadores, yo me dediqué en este trabajo a valorar los resultados desde la cámara. Conseguimos dar protagonismo a todos los picos que se dejaban ver entre ese bosque de vegetación y piedra, creando un ambiente con un volumen muy interesante.
Después de recorrer media ruta, aun nos quedaba la mitad del sendero y ya todos podíamos saborear un trabajo bien hecho, y así lo demostrábamos, parando cada pocos metros a charlar, felicitarnos, descansar e hidratarnos.
Otro trabajo mostrando los poderes de una buena linterna y dibujando diferentes formas con sombras y luces en todos los rincones.
En esta fotografía la LED LENSER x21 se lleva todo el protagonismo dejando claro que nunca nos abandonará si necesitamos potencia.
Aun nos dio tiempo para experimentar parámetros más atrevidos como por ejemplo en esta fotografía. Calculamos un tiempo de exposición correcto para un diafragma muy agresivo en fotografía nocturna.
En ese tiempo dibujamos unas esferas por todo el lugar, y de nuevo consiguiendo lo que nunca se había visto en el Torcal hasta ahora. Las esferas de la pintura de luz, ya tienen su firma en ese lugar.
Un lugar increíble tenía que tener fotos increíbles. En esta fotografía engañando al observador, y pareciendo que la iluminación de esa montaña de piedra venía del modelo posado en esa piedra.
Se iluminó el lugar desde el suelo justo en la base de la montaña y detrás del modelo utilizando una iluminación negativa, de esta manera se resaltan más las texturas al recibir estas una iluminación rasante en vertical.
Esta iluminación muestra una mejor iluminación general y se muestra a la vez un tamaño del lugar.
Por último, la silueta muestra una medida exacta del lugar, aspecto necesario en cualquier fotografía.
Llegando a su fin en este documental gráfico del Torcal de Antequera, me gustaría dar las gracias en especial a mis dos grandes amigos que me acompañaron en esta gran experiencia.
Guardo con mucho cariño este reportaje, hemos conseguido lo que buscábamos, superar el reto del Torcal con Luna llena.
El año que viene volveremos y de nuevo pasaremos una experiencia inolvidable. Gracias de todo corazón.
Nos vemos ne la oscuridad
El niño de las luces
